Tras el desastre de Leverkusen, los de Tuchel cayeron en Roma sin rematar a puerta ni una vez. Un penalti de Immobile valió el triunfo biancoceleste.
Empeorar la situación tras el desastre de Leverkusen era complicado, pero el Bayern lo consiguió. Los de Tuchel, ahora más en la cuerda floja que nunca, abandonaron Roma sin disparar a puerta ni una vez y cayeron 1-0 ante una Lazio más hambrienta y más organizada. La eliminatoria sigue abierta, pero el conjunto alemán dejó sensaciones pésimas.
El partido comenzó con un enorme susto para el Olímpico: Kane, en el 7′, desperdició en el corazón del área un centro de Müller, chutando fuera. Fue la mejor ocasión para los bávaros, que se aferraban a las llegadas de Musiala para crear peligro. El lateral protagonizó las otras dos oportunidades de los alemanes antes del descanso, mientras los romanos se defendían bien, sin dejar espacios. El único defecto del equipo italiano era la incapacidad de activarse en la mitad de campo rival: desaprovechó varios contragolpes, pero dio señales positivas que se concretaron en el comienzo de la reanudación, cuando Upamecano le ayudó mucho. El defensa primero perdió un balón ante Luis Alberto, que con una genialidad de las suyas puso a Isaksen solo delante de Neuer, capaz de hipnotizar al rival en el mano a mano. Poco después, el francés tumbó al mismo danés en el área tras un contragolpe armado por Immobile y Felipe Anderson. La fea entrada en el tobillo le costó al defensa roja directa y penalti, que lanzó y materializó el punta italiano.
